En la campaña electoral, Donald Trump prometió comenzar la mayor deportación masiva de inmigrantes indocumentados en la historia el Día 1 si volvía a ocupar la Oficina Oval. Ahora que es presidente electo, se compromete a cumplir esa promesa, sin importar el costo. "No es cuestión de un precio. Realmente, no tenemos elección", dijo Trump el jueves en una entrevista con NBC News. "Cuando las personas han matado y asesinado, cuando los capos de la droga han destruido países, y ahora van a regresar a esos países porque no se quedarán aquí. No hay precio". Según estimaciones del Departamento de Seguridad Nacional de 2022, el año más reciente del que se dispone de datos, hay alrededor de 11 millones de inmigrantes indocumentados en EE. UU., aunque Trump ha mantenido, sin evidencia, que el número real es más del doble. La deportación a esa escala costaría al menos $315 mil millones, según un informe publicado el mes pasado por el Consejo Estadounidense de Inmigración. El presidente electo ha construido gran parte de su base política sobre la premisa oscura de que una "invasión" de inmigrantes indocumentados violentos está "conquistando" comunidades en todo EE. UU., jugando con los miedos nativistas para culpar a los inmigrantes del aumento de la delincuencia, la inflación y la comprometida integridad de las elecciones. En la entrevista del jueves, Trump señaló que ese mensaje ha dado resultado. "Quieren tener fronteras, y les gusta que la gente entre, pero tienen que entrar con amor por el país", dijo. "Tienen que entrar legalmente".
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