Elon Musk, un asesor no electo del presidente Trump, está tomando el control de partes significativas de la burocracia federal de EE. UU. sin autoridad formal.
La influencia de Musk ha llevado a la salida del funcionario de más alto rango del Departamento del Tesoro, quien se resistió a darle control al equipo de Musk sobre el sistema de pagos federales.
Este sistema de pagos maneja $6 billones anualmente, incluyendo Seguro Social, reembolsos de impuestos y beneficios de Medicare.
El equipo de Musk también ha tomado el control de la Oficina de Administración de Personal (OPM) y la Administración de Servicios Generales (GSA).
Las acciones son descritas como "captura del estado" por el estratega demócrata Waleed Shahid, comparándolo con un golpe de estado.
Existe preocupación de que el control de Musk pueda facilitar recortes de impuestos que favorezcan a los ricos, incluyéndose a sí mismo.
Lindsay Owens de Groundwork Collaborative advierte que estos movimientos podrían financiar recortes de impuestos reduciendo los pagos de Seguro Social.
La falta de autoridad clara para las acciones de Musk plantea preguntas sobre la legalidad y supervisión.
Los críticos argumentan que esto representa un asalto de poder sin precedentes dentro del gobierno federal.
La situación ha generado debate sobre la influencia de los multimillonarios en las operaciones gubernamentales.
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