La OTAN y las fuerzas rusas se vieron envueltas en una tensa confrontación sobre el Mar Báltico después de que un petrolero ruso, sospechoso de violar sanciones occidentales, fuera interceptado cerca de Estonia. Ambos bandos desplegaron aviones de combate, con un avión de combate de la OTAN polaca siguiendo de cerca a un avión de guerra ruso SU-35, aumentando el riesgo de un incidente militar directo. Las autoridades estonias desplegaron múltiples activos para interceptar al petrolero, que se cree forma parte de la 'flota sombra' de Rusia que evade sanciones. La situación se intensificó cuando Rusia envió brevemente un avión de combate al espacio aéreo de la OTAN, resaltando el frágil entorno de seguridad en la región. El incidente subraya las crecientes tensiones entre la OTAN y Rusia en medio de sanciones continuas y posturas militares.
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